miércoles, 13 de diciembre de 2023

JAMAS TE CONFORMES CON ALGO QUE NO TE HAGA SONREIR


Aprendí a Renacer cuando agotada de tanto afuera,  me exilié a donde nunca nadie creyó que me iría: a mi, en un camino de regreso.  Y volver fue abrir las puertas de casa y descubrir que poco estuve ahí,  correr las cortinas de los enormes ventanales y dejar que entre mi sol, el que siempre me espera.  Aprendí a Renacer cuando me decidí a hacer un profundo trabajo en mi, cuestionarme ciertos vínculos,  mandatos y creencias. Aprendí a Renacer al saber que no estoy sola, que aunque no pueda ver, siento alas, protección y compasión.  Aprendí a Renacer,  no sólo una vez, sino todas las veces que mi alma lo necesita, cuando me canso de pensamientos que se me hicieron hábito, al despertar por la noche sabiendo que al otro día habrá una nueva oportunidad para volver a intentar.  Aprendí a Renacer y todos los días lo hago, me regalo la oportunidad de salvarme,  de cuidarme, de ser coherente con mi ser. Qué bendición es irse de todo lo que ya no es para mí, de todo lo que me aleja de mi...

~Natalia Lewitan

Texto y foto Web

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