Como personas habituadas a las relaciones interpersonales en algún momento vamos a decir y sentir la necesidad de un abrazo, haciendo referencia a ciertas expresiones como: "podrías abrazarme", podrías decir "envíame un abrazo" ó sólo podrías abrazar a alguien que se quiere mucho porque se le extraña o porque quieres sentirte reconfortado (a). En muchos casos un abrazo puede detener una lágrima, podemos estar en un momento no muy bueno y en el que se suele querer sentirse acompañados.
Dicen que el abrazar nos hace compartir las energias y crea lazos en nuestras relaciones tando amicales como sentimentales inclusive un abrazo cuando se está enojado (a) puede hacerles cambiar de actitud.
Puedes no sentirte cómodo (a) con las personas por algo que se dijo, por alguna acción pero si hay disposición, es la energía de ambas partes lo que hace de un buen abrazo la continuidad de las relaciones en general, siempre y cuando dicho abrazo este lleno de "sinceridad".
Pasa lo mismo con la amistad siempre que esta sea verdadera, aceptar que a veces nos equivocamos, que se pueden cometer errores y horrores un simole abrazo brindado a tiempo, a veces puede hacer que los lazos se afiancen con el pasar del tiempo y si de por medio está una buena actitud de querer solucionar cualquier tema que les haya afectado por ambas partes, un verdadero abrazo hace que aún estando en las peores situaciones nuestras relaciones se afiancen.
Para esto la buena disposición y el cariño que se tengan deben ser verdaderos y no superficiales.
Sabemos que ningún abrazo es pequeño si se dá desde el corazón y en el se logra sentir una verdadera muestra de afecto, de interés y de cariño. Lo bueno de esto que hay tantos abrazos como personas y circunstancias, haciendo que nuestro mundo emocional se llene de matices de mil colores.
Hay abrazos que nos protegen, que nos reconstruyen, que nos dicen “que todo irá bien” y que nos recuerdan que debemos ser pacientes y guardarnos unos momentos para sentir el afecto de quienes nos rodean. Hay personas que al abrazar completan almas rotas y que iluminan un corazón.
El tan sólo hecho de sentir aquella energía es una sensación que traduce el abrazo en afecto y por eso puede ser duradero y profundo. Muchos consideran que un abrazo dado de corazón es la forma más elevada del abrazo. Puede ser firme pero suave donde la única protagonista es la Ternura que fluye de un corazón al otro sin límite de tiempo; puede durar varios segundos, anulando todas las distracciones cercanas. El abrazo de corazón es pleno y largo, afectuoso y tierno, abierto y genuino, fuerte y solidario, refleja el centro de nuestro ser, donde podemos hallar (si estamos abiertos a él) un amor puro e incondicional.
Los abrazos nos alivian el dolor cuando perdemos a un ser querido o estamos en desgracia, teniendo un gran efecto en la unión familiar, en los brazos maternos, en volver a nuestras raíces naturales de humanidad. Calman la ansiedad, la depresión, los dolores en general. Al abrazar sinceramente podemos equilibrar nuestras energías y desplazar la negatividad de ambas personas o de todas las que participen en el abrazo. En resumen es una suma de energía universal que potenciará la sinceridad, amor, amistad, sanación. Por supuesto, un abrazo con cariño, con entrega, compartiendo energías de armonía, abierto en ofrecerse pero cerrado en un núcleo de amor al momento de abrazar. Va mucho más allá de las palabras, de las hipocresías, de las miradas, porque es la unión de la parte Espiritual y Divina de cada persona.
Quiere decir que un abrazo en la forma en que se de y siempre que sea sincero es el estímulo que reconforta el Alma de cada persona. Lleva Consuelo, combate la depresión, levanta el ánimo y mejora el sistema inmunológico y mejora las relaciones entre las personas.
¡¡¡A comenzar a brindar abrazos sinceros!!!
La Web
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