miércoles, 17 de enero de 2024

NO HAY DIAS NI AÑOS MALOS TODO ES APRENDIZAJE

Mi percepción a medida que me hago mayor es que no hay años malos. Hay años de aprendizaje fuerte y otros que son como un respiro, pero no están mal. Creo firmemente que la forma en que se debe evaluar un año tendría más que ver con cuánto pudimos amar, perdonar, reír, aprender cosas nuevas, haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos. Por eso no debemos tener miedo al sufrimiento ni al temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje. Es muy difícil para nosotros entender que la vida y cómo la vivimos depende de nosotros, cómo nos involucramos con las cosas que no queremos depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo tendré que desarrollar estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad poder hacerlo. "Ser feliz es una decisión", no lo olvidemos. Entonces, con estos criterios me pregunté qué tenía que hacer para poder construir un buen año porque todos estamos en camino de aprender cada día a ser mejores y a entender que vinimos a esta vida a hacer tres cosas: - aprender a amar, a dejar huella, a ser feliz. (...)Tratemos de crecer en lo espiritual, sea cual sea la visión de ello. La trascendencia y darle sentido a lo que hacemos tiene que ver con la inteligencia espiritual. Intentemos dosificar la tecnología y dar paso a la conversación, a los juegos “viejos”, a las reuniones familiares, a las reuniones con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, la calidez y el amor dentro de nuestras familias. Si logramos trabajar estos puntos y me comprometo a intentarlo, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene nada que ver con la problemas que tenemos sino con la actitud con la que afrontamos lo que nos toca. 


Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se magnifican. Y que, en cambio, con las penas ocurre al revés. Se encogen. 

Quizás lo que pasa es que al compartir lo que se expande es el corazón. Y un corazón dilatado es más capaz de disfrutar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos hagan daño por dentro.

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Palabras de Mamerto Menapace

Fb. calma interior

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