lunes, 9 de abril de 2018

LA PERSONA MISTICA

El término mística procede del griego mystikos, que literalmente significa cerrado, y define a la filosofía que trata de los fenómenos que no se pueden explicar racionalmente. Es la
Actividad Espiritual que aspira a conseguir la unión o el contacto del alma con la divinidad por diversos medios (ascetismo, devoción, amor, contemplación, etc.)
"Un Místico" es toda persona que tiene la incipiente sospecha de que detrás de la aparente discordia, discontinuidad, fragmentación y contradicción  que nos asalta todos los días subyace una unidad oculta". Aquí podemos añadir a nuestro "bordado místico" la noción de la aspiración, deseo o ardor místico, que mueve al místico a hurgar más allá de lo aparente y hacer una búsqueda espiritual, una peregrinación o un viaje --generalmente interno. Esta idea es expresada bellamente en el libro  "Noche Oscura" de San Juan de la Cruz, en la que dice que el alma emprende su viaje hacia la divinidad, una vez que se ha sosegado la casa, es la condición para que el vuelo espiritual pueda ocurrir. . "El misticismo debe ser un efecto cuya causa debe ser igual al efecto producido", esto es, lo místico nunca es el resultado del milagro, sino que es consecuencia de una labor espiritual que responde a la ley de la causa y el efecto o el karma. Lo místico tampoco debe ser buscado como una súbita fuerza redentora, pues una visión es: el fin no puede ser separado de sus medios, ya que se caería en un acto de incongruencia y deshonestidad y según dice la ciencia "La Honestidad es el principio del Misticismo". "El individuo moderno piensa que puede obtener ciertos poderes, usando su condición actual, utilizando trucos, drogas o fórmulas científicas... cree lograr una extensión de sus facultades aparte de un sistema de mérito".  El Místico se conoce por sus obras, por cómo vive y se relaciona con los demás, no por la complejidad o supuesta elevación de una visión mística única o de un supuesto poder sobrenatural. Existe una tenue línea entre el misticismo y la alucinación, pero una experiencia mística podrá juzgarse por sus frutos, por como el individuo consigue integrar lo que ha conocido a su vida diaria, la cual deberá ser también mística.
Estamos aquí ante una doctrina del corazón y de la intuición por sobre la mente racional, puesto que la naturaleza de la mente es el análisis, la separación, la comparación y la autoafirmación. El corazón, sin embargo, puede ser una forma distinta de conocer que nos lleve a la identidad con lo que conocemos: el corazón como un ojo más sensible, que se abre a lo invisible por una simpatía. "Hay en el hombre una inteligencia cerebral y una inteligencia innata, llamada 'del corazón', que resulta de la fusión por identidad de la naturaleza de la causa cósmica, contenida en su materialización, con esta misma causa en nosotros". Se dice que  en el Budismo el corazón es donde Buda establece su trono, simbolizado por la Flor de Loto. De alguna manera el corazón puede conocer la luz, porque es él mismo un sol pequeño. El corazón, también, tiene esta cercanía con la divinidad, porque comparte una misma actividad: es el gran centro energético que se da a sí mismo, fuente de la vida. "El corazón nos dice que ganamos todo dando todo. Así podremos conocer que a través del amor a Dios, experimentamos al Dios del amor. El corazón, de hecho, se convierte en lo que la mente siempre busca". El corazón se convierte en el amado, en la fuente inagotable del amor: un fuego es todos los fuegos. "La fe se convierte en una disciplina del corazón, como una disciplina de la mente... El hombre creó el Dios vengativo, el cual es una sombra sin sustancia. A través de la fe, el hombre llega a conocer al Dios del amor que habita en la eternidad.


EL MISTICISMO  está generalmente relacionado con la santidad, "lo numinoso": una «experiencia no-racional y no-sensorial o un presentimiento cuyo centro principal e inmediato está fuera de la identidad. En el caso del cristianismo puede ir acompañado de manifestaciones físicas sobrenaturales denominadas milagros, como por ejemplo los estigmas y los discutidos fenómenos parapsicológicos de bilocación y percepción extrasensorial. Puede ser denominada  entre otros conceptos "mística  salvaje" que es un tipo de «experiencia mística espontánea», al margen de los sistemas muy elaborados de creencias e ideas, aun cuando puede identificarse con ella, producida por revelaciones que se hace a sí mismo el ser humano, provocadas por el contacto con la naturaleza genuina o alguna vez utilizando sustancias psicotrópicas como el LSD u hongos alucinógenos como el cornezuelo de centeno en culturas animistas en las cuales no hay religión, puesto que vida y naturaleza son para ellas la religión. Se trata de una repentina sensación de comunión espiritual con la naturaleza o de disolución del yo, la entrada en una realidad atemporal provocada por un recuerdo de la infancia en principio tal vez intranscendente, la fugaz percepción de un olor o un sabor... modalidades diversas de enfrentamiento inesperado con una realidad luminosa que procura la vivencia de un «sentimiento oceánico», ajena al universo religioso y que nos sitúa fuera de las coordenadas habituales de la realidad cotidiana. Si bien, la ciencia y estudiosos del tema consideran que el acceso a lo divino por medio de las drogas es una trampa y no la verdadera mística.
La mística tiene una posición en el nervio de las cosas, en el núcleo, es decir, en la vida interior del hombre. Y el hombre interior es el único que puede seguir creyendo en la posibilidad de hacer utopías, pues otros estudiosos creen en el sentido de la posibilidad. Los místicos pueden poner de lado todo aquello que molesta, que distorsiona y así disponer de la libertad de hacer posible lo que no es posible, de abrir la puerta a la utopía.
La mística es la filosofía de la libertad. Hoy en día hay una gran discusión sobre la configuración del cerebro. La medicina insiste en señalarnos en que parte del cerebro se crea tal o tal pensamiento. Se trata de una naturalización completa de la visión del hombre que olvida completamente quien dice qué y quien decide.  Es algo más que simplemente natural. lo místico es lo secreto, lo que no se dice ó quizás, podemos decir que es justamente lo que no puede decirse, PORQUE AL COMUNICARSE VERBALMENTE PIERDE SU ESENCIA. se dice que "Lo inexpresable, ciertamente, existe. Se muestra justamente  en esto que se dice y es en "Lo Místico".

POR: LA WEB.



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